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Delivery: un salvavidas en medio de la tormenta

En un contexto sanitario en el que los restaurantes no pueden atender al público pero sí hacer delivery, este servicio se convirtió en una boca de ingresos.

La cuarentena obligatoria declarada por el Covid-19 generó un enorme impacto en la economía doméstica. En Argentina se estima que el PBI cae un 0,5% por cada semana de cuarentena y las proyecciones oscilan de 5% a 7% de caída en el año, dependiendo de la extensión y de las posibilidades de que se flexibilice el aislamiento social. Algunos de los sectores más golpeados son transporte, hoteles y restaurantes, servicios sociales y personales, construcción, comercio e industria. En tanto, el agro, los servicios de salud, las comunicaciones y el e-Commerce son los rubros que resisten a este parate económico e incluso pueden crecer. Ahora bien, en este escenario poco optimista para la economía local y letal para el sector hotelero y gastronómico en particular, el servicio de delivery aparece en el horizonte como un rubro que se mantiene activo. Y de hecho con una gran promoción en medios digitales impulsada por las aplicaciones de pedidos.

Esta actividad se inició luego del 20 de marzo, cuando el gobierno nacional publicó una nueva Decisión Administrativa (429/2020) para habilitar nuevas tareas dentro de la restricción. “Los restaurantes, locales de comidas preparadas y locales de comidas rápidas, podrán vender sus productos a través de servicios de reparto domiciliario, con sujeción al protocolo específico establecido por la autoridad sanitaria”, estableció la norma.

EL DELIVERY EN NÚMEROS.

De todos modos, no todo lo que brilla es oro. Más allá de la habilitación se estima que sólo el 30% de los locales gastronómicos hoy hace delivery. El resto está inactivo completamente; mientras que los hoteles con restaurante que toman pedidos se cuentan con los dedos de las manos.

“El delivery se lleva a cabo principalmente en locales que ya se concibieron y se pensaron para tener un flujo de ingresos basado en este servicio y el take away. Esto implica una operación con poco personal y con una oferta estandarizada y acotada. Pero, aun para estos casos, las ventas no alcanzan los niveles previos a la pandemia, la facturación cayó entre un 30 y 40%”, sentenció Ariel Amoroso, presidente de la Ahrcc, al hablar de lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires.

Por su parte, Marcelo Barsuglia, empresario gastronómico y secretario de la Fehgra, brindó detalles de lo que ocurre a nivel federal. “A nivel nacional el porcentaje de negocios que brindan hoy este servicio es bajo; exceptuando a grandes ciudades como Córdoba o Rosario. Y sólo se hace para cubrir algunos gastos y no acumular deudas. Porque el ingreso que se genera es muy bajo comparado con la facturación que tiene un restaurante cuando abre sus puertas. A esto hay que sumar que ante esta situación sanitaria el consuno se retrajo porque existe un miedo de contagio y porque el aislamiento obligatorio brinda más tiempo para cocinar”, explicó.

Con respecto a los ingresos que genera el delivery, Amoroso aclaró: “Hay que tener en claro que en un restaurante tradicional, el delivery no alcanza ni para cubrir los costos fijos. Funciona como complemento de las mesas, aportando entre un 10% y 15 % de la facturación, en un contexto tradicional. Hoy se está creando una falsa creencia de que las entregas a domicilio pueden sostener a un restaurante pero no es así”. A lo que agregó: “Si a partir de esta situación sanitaria comienza un cambio cultural y los clientes eligen comer en casa antes de ir al restaurante por miedo a posibles contagios, habrá que repensar muy bien los modelos de negocios”.

Sobre lo que puede suceder en el sector en el mediano plazo, Barsuglia analizó: “A medida que avance la cuarentena, van a surgir más opciones de delivery; muchos establecimientos se están repensando porque entienden que este proceso va a ser largo. Aun si se levanta la restricción va a llevar tiempo perder el miedo a estar con gente en un restaurante”.

A FUTURO.

Asimismo, y alineado con la idea de que el servicio de delivery va a seguir siendo la puerta de ingresos de los restaurantes por varios meses, Unilever Food Solutions organizó el webinar “Consejos para afrontar este contexto actual en tu restaurante y aprovechar el delivery al máximo”.

En este espacio, Pablo Di Meglio, experto en transformación digital de la agencia Digix, comentó: “Lo ideal en esta instancia es repensar los negocios e intensificar las acciones para fidelizar clientes. En cuanto al delivery es necesario fortalecer la venta propia, generar canales propios más allá del teléfono para tomar pedidos, como las redes sociales (principalmente WhatsApp), y una página web atractiva y responsiva. El objetivo debe ser equilibrar las ventas propias con las de las apps de pedidos porque éstas se llevan una comisión alta. A la vez, hay que ofrecer más medios de pago que permitan que el pedido llegué saldado y minimizar el contacto durante la entrega. La opción hoy más utilizada es Mercado Pago”.

PEDIDOS SEGUROS.

Dado que no existe un protocolo obligatorio a seguir en la entrega de los pedidos, algunos restaurantes y plataformas de reparto elaboraron sus propias guías de recomendaciones sanitarias.

En el caso de los restaurantes, algunas de las medidas que se están tomando es asegurar las condiciones sanitarias del personal y el ambiente de trabajo; utilizando zapatos específicos para el área de producción y barbijos, y colocando alarmas cada 15 minutos para que todo el personal se lave las manos. Además, antes del ingreso se controla que nadie tenga los síntomas del Covid-19.

Por otra parte, en Argentina operan plataformas como Glovo, Pedidos Ya, Uber Eats y Rappi, entre otras; con repartidores que trabajan en condiciones precarias y flexibilizados. En la mayoría de los casos no les facilitan alcohol en gel, guantes de latex ni barbijos.

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De todos modos, entre las medidas tomadas por las aplicaciones se destaca la idea de “Entrega sin contacto”: el usuario puede pedir que la persona encargada de traer el producto lo apoye en algún sitio en vez de hacerlo de manera directa. Además, comenzaron a incentivar el pago con tarjetas de débito y crédito al igual que los pagos electrónicos; y refuerzan el empaquetado de los productos para garantizar el control y la manipulación de los alimentos.

De manera complementaria envían notificaciones al usuario para recordarle la importancia de lavarse las manos con agua y jabón y desinfectar el celular frecuentemente.

ALGO MÁS QUE PEDIDOS.

Cabe destacar que algunas marcas están tomando esta etapa como un período para fortalecer el vínculo con los clientes y posicionar la marca. Por eso no sólo piensan un menú para el delivery sino que apuestan a brindar un valor agregado.

Una de las acciones más comunes es mostrar en redes sociales todo lo que se está haciendo para brindar seguridad en los envíos y al personal. Se estima que en esta instancia de aislamiento el tráfico en Internet creció un 50%. Además, en algunos casos otorgan información sanitaria; siempre y cuando provenga de una fuente confiable. Otros suman entretenimiento, a partir de juegos interactivos en las redes sociales, con temáticas que giran en torno a la alimentación.

Por otra parte, algunos establecimientos comenzaron a funcionar como mercados, vendiendo insumos que no van a usar y están cerca de vencerse, a precios accesibles. En algunos casos, lo hacen para fortalecer su imagen y su apuesta por la alimentación saludable y sostenible. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires La Carnicería vende y distribuye verduras orgánicas frescas; mientras que el proyecto de Narda Lepes, Comedor Diario, apostó a convertirse en una despensa de productos naturales y orgánicos de almacén; en tanto Alo´s Bistró, en Zona Norte, vende verduras orgánicas, lácteos, pastas secas y panificados con masa madre.

A su vez, hay restaurantes que arman cenas en Zoom para generar encuentros virtuales colectivos y espacios de relacionamiento para personas que están haciendo solas la cuarentena.

Otras marcas apuestan a vender una experiencia en casa, para lo cual ofrecen todos los ingredientes porcionados y el paso a paso para que el cliente arme el menú en su cocina. Por ejemplo, el establecimiento Sí Pastrón vende un kit con el pastrón envasado al vacío y guarnición para hacer en pocos minutos en casa.

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